jueves, 30 de noviembre de 2017

Anarquismo desde el siglo XX

Antes que nada deberíamos preguntarnos ¿Qué es el anarquismo?

El anarquismo es una doctrina y movimiento radical que promueve, la autonomía de cada individuo. Es contrario al gobierno o autoridad obligatoria y promueve el autogobierno de personas y asociaciones. Los principios fundamentales del anarquismo son la autopropiedad de cada individuo, y no la coacción. Así, los únicos medios coherentes con estos principios son las instituciones, los derechos y las obligaciones, que sean resultado de acuerdos libres o pactos voluntarios entre individuos.
Anarquista, ideológicamente, es la persona que lucha contra la opresión y la desigualdad en pos de una sociedad solidaria y participativa. Aquel que desafía la autoridad, las instituciones, la jerarquía y todo tipo de dominación; cuya bandera y escudo es la revolución del poder político, del poder económico, de las relaciones sociales y culturales. Todo ello, con vistas a la creación de un mejor futuro para toda la sociedad.

En la primera guerra mundial:



El movimiento anarquista había sido muy claro en sus posturas desde sus orígenes ante la guerra.  Los anarquistas se opusieron a cualquier tipo de conflicto que enfrentara a pueblos y trabajadores. La guerra era la social, entre explotadores y explotados. Unos posicionamientos que quedaron reforzados tras la Congreso de Ámsterdam de 1907.
Sin embargo la Primera Guerra Mundial si generó un pequeño debate en las filas libertarias, pues alguno de los pensadores más destacados del anarquismo mantuvieron posiciones distintas a las defendidas hasta el momento. Si para la inmensa mayoría del movimiento libertario internacional la guerra seguía siendo una herramienta al servicio del poder, para personajes como Kropotkin, Malato o Cornelissen, la situación era distinta. Sobre todo fue Kropotkin quien inició una fuerte campaña en favor de las potencias aliadas. En una carta dirigida a James Guillaume en septiembre de 1914 Kropotkin habla sobre la necesidad de apoyar a los aliados como única salida para conquistar el socialismo. Kropotkin incluso llegó a escribir en La Bataille Syndicaliste que la oportunidad para el socialismo era inmejorable, incluso haciendo alusión que si Marx quería que triunfase el “socialismo alemán” ellos tendría que luchar por la necesidad de triunfo del “socialismo francés”.
No dejó de causar consternación en el entorno anarquista que una personalidad de la influencia de Kropotkin se posicionase así. Pero lejos de generar un debate extenso en el movimiento libertario las voces anarquistas fueron contrarias a la guerra. Además personalidades de la talla de Errico Malantesta o Emma Goldman tuvieron brillantes intervenciones contra el conflicto bélico. En marzo de 1915 se emite un comunicado firmado por personajes como Alexander Berkman, Errico Malatesta, Ferdinand Domela Nieuwenhuis, Emma Goldman, Alexander Shapiro o Pedro Vallina, donde se condena la guerra, el capitalismo y el Estado. Los enemigos no son los pueblos sino aquellos que ordenaba a los trabajadores matarse entre ellos por objetivos que les eran ajenos. Así lo expresa en un momento del comunicado: «La propaganda y la acción anarquista deben dirigirse con preferencia a debilitar y desintegrar los diversos Estados, a cultivar el espíritu de rebeldía y a desarrollar el descontento en los pueblos y los ejércitos. A los soldados de todos los países que combaten por la justicia y por la libertad, debemos explicarles cómo su heroísmo y su valor no servirán más que para perpetuar el odio, la tiranía y la miseria. A los obreros de las ciudades, debemos recordarles que el fusil que hoy empuñan sirvió otras veces para fusilarlos en ocasiones de huelga y de legítima revuelta, y que una vez la guerra concluya se volverá contra ellos para obligarlos a sufrir la explotación. A los campesinos, mostrarles que después de la guerra se verán forzados a encorvarse otra vez bajo el yugo para labrar las tierras de sus señores y alimentar a los ricos. A todos los parias, que no deben soltar sus fusiles sin haber ajustado cuentas con sus opresores y tomado posesión de los campos y las fábricas. A las madres, compañeras e hijas, víctimas de la miseria en exceso y de las privaciones, decirles quiénes son los verdaderos responsables de sus dolores y del asesinato de sus padres, hijos y maridos.»
Por su parte, en febrero de 1916 el reducido grupo de anarquistas “aliadófilos” firman un manifiesto donde responsabilizan de todo al Imperio Alemán. Es el conocido como “Manifiesto de los 16”, que tuvo una influencia escasa y que tuvo una respuesta de Errico Malatesta en Freedom, acusándolos de “anarquistas pro-gobierno”.


Anarquismo en la actualidad:
Se enmarca principalmente en la toma de conciencia. Su principal objetivo, es luchar por la igualdad en todos los aspectos del ser humano; influyendo directamente en los diferentes aspectos de la sociedad, como son la familia, la cultura, el Estado y la economía. Resaltando, como su mayor valor, su intento para producir mejoras en la vida actual de las personas y las instituciones. El anarquismo de hoy va más allá de la intolerancia que muchas veces mostró en el pasado. Ser anarquista hoy implica cada vez más tener una visión de género, cultura y economía; dando importancia, no solo a la política como ficha clave, sino, a toda orientación y a cada aspecto como formador de muchos otros.
Los anarquistas del pasado, a diferencia de los actuales, afirmaban que el análisis hecho desde un punto de vista estrictamente anti-autoritario podría explicar la familia, la raza y la religión mejor que un razonamiento basado en conceptos culturales, y, del mismo modo, se podría explicar la producción, el consumo y la distribución mejor que un análisis fundado en conceptos económicos. En la actualidad, se denota el gran avance que muchos anarquistas han demostrado. Muchos de ellos han ampliado su concepto intelectual, de modo que el anarquismo actual no se centra solo en el Estado, sino que también en las relaciones de género; y no sólo enfatiza en la economía, sino que además toma en cuenta las relaciones culturales, la ecología, la sexualidad y la libertad en todas sus formas. Ahora no sólo condenan, sino que muy por el contrario han tomado iniciativas para crear, construir y desarrollar nuevas instituciones y formas políticas, en la cuales se han incluido nuevas formas de encuentro, de toma de decisiones y de coordinación.

http://mentelibreypensante.blogspot.com.es/2009/06/el-anarquismo-en-la-actualidad.html


Trabajo realizado por Ana Arbonés Ruedas




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