lunes, 30 de abril de 2018

Las drogas y la guerra: una bonita amistad



A lo largo de los años siempre ha habido un triángulo amoroso entre la guerra, el ejército y las drogas, han ido todos dados de la mano, para rendir mejor, facilitar la concentración, la agresividad...

Al igual que la industria ha progresado en aspectos de la vida cotidiana, también lo fue haciendo con la eficacia de las drogas y con el interés por conseguir súper soldados.

Empecemos remontándonos a la I Guerra Mundial. En ese momento las drogas no eran tan complejas como las que se usaron en guerras posteriores y por eso lo que más utilizaban era lo que llamaban "el coraje líquido" y sino una mezcla de potasio y magnesio llamada nevrostenina, que aumentaba la capacidad de concentración y ayudaba a aguantar el hambre, porque si no solo les quedaba convertirse al canibalismo.

Los rusos fieles al vodka, los ingleses al ron, y las tropas islámicas...bueno, fieles a su fe; con su "coraje líquido" conseguían de todo, anestesiarse, relajarse, fortalecerse...

Más tarde en la II Guerra Mundial, aumentaron las ganas de tener soldados que fueran superhéroes (ahora entiendo por qué a Agustín no le gustan las guerras) y el alcohol dejó de servir, por lo que empezaron a utilizar anfetaminas, que servían para lo mismo pero con un efecto mayor. Los únicos fieles a sus tradiciones fueron los rusos, que se ve que el vodka y la valeriana no se los quita nadie.

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Ya a finales de esta guerra, intentaron hacer la droga que crearía al soldado perfecto, el DI-X. Esta píldora mezclaba la cocaína con las metanfetaminas y un derivado del opio. Menos mal que no les dio tiempo a probarla porque sino tenemos a Superman en versión yonki.

Metidos ya en la Guerra Fría empezaron a usar dexedrina, que aumentaba la concentración, pero que cuasó gran polémica debido a que sus efectos secundarios podían  perjudicar a la capacidad de reacción, aumentar en exceso la agresividad...y según estudios recientes, si esto se aplicó a los pilotos que cargaban armas nucleares podría haber sido el incentivo para muchas más masacres de las estrictamente "necesarias" por la guerra.

También en Afganistán se usó la Ritalina, que combatía el dolor físico y psíquico, forzando así el cuerpo a límites superiores que los que en condiciones normales aguantaría.

Hoy en día se siguen usando miles de drogas para conseguir mayores resultados, así que si alguien se quiere apuntar al ejército no necesita más que meterse un buen colocón y seguro que lo llaman súper soldado.


Links: http://www.xlsemanal.com/conocer/historia/20170509/cada-guerra-su-droga.html
           https://elpais.com/cultura/2017/10/30/actualidad/1509390449_768128.html
           https://www.drugs.com/mtm_esp/dexedrine.html

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